lunes, 25 de febrero de 2008

En el ojo del espectador.

Siempre he pensado que una buena historia debe ser solo eso: una historia que nos hace pensar
que nosotros podremos derrotar al villano, besar a la heroína o convertirse en el ultimo
Dragon Rider?

Tiene que significar algo la manera en que el autor reseña la extensa pradera por la que cabalgan
el héroe en formacion y el héroe en desgracia, que sin embargo hace lo posible por ayudar a su prójimo pero sobre todo, desarrolla el poder y la responsabilidad del joven héroe, que aun no es capaz de controlar su furia, su fuerza y su poder?

Me parece que tratar de encontrarle sentido a la creación de alguien, que honestamente la realiza, es absurdo, y me explico:

Alguien tiene la desfachatez de querer explicar un Dali? o un Picasso? Ellos pintaron lo que les nació del alma, y me atrevo a decir que no hay nadie en el mundo que entienda 
exactamente lo 
que cualquiera de ellos pensaba  en el momento en que hicieron sus pinturas.

Y lo mejor de todo es que creo que realmente no importa lo que el artista quiso expresar, en el sentido de la interpretación que nosotros le queramos
dar a su obra.

Para el (o ella según el caso) el placer de la obra es realizarla, no exhibirla, 
y para nosotros debería ser admirarla, no clasificarla.

He tenido la fortuna de nacer lo mas sano que fue posible, dentro de esta loca generación X. Por eso he podido disfrutar a Mozart, Van Gogh y Cervantes, Vivaldi, Goya y Shakespeare, 
he sido afortunado y conocí tanto a Harry Potter como a Eragon, a Frodo y a Anakin.

He visto las maravillas que somos capaces de crear y las he hallado tanto absurdas como geniales, sin embargo una cosa siempre prevalece:

No importa bajo que concepto tratemos de ver a la obra de la humanidad, la belleza, siempre prevalece en el ojo del espectador

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